¿Es Turquía Europa?.

Costará encontrar en los diarios "convencionales" esta noticia, pero hoy se reanudan las conversaciones para la adhesión de Turquía a la Unión Europea. Para informar de esto ya está Lealtad Digital. Para llamar a las cosas por su nombre, sin tapujos, sin miedos. Simplemente como son. Y este tema se maneja de tapadillo porque lo último que quieren los que dirigen la UE ahora mismo es abrir otro frente entre la ciudadanía europea y los políticos que se supone que les representan. Pero no hay que confundir Europa con la Unión Europea, aunque, por definición, cualquier país que quiera acceder a la UE debe ser europeo.

A la pregunta que encabeza este artículo sólo cabe una respuesta: Turquía no es Europa. Pero no lo es por varios motivos objetivos, no porque un servidor tenga nada en contra de los turcos, Dios me libre. Así que, antes de ver porqué Turquía no es parte de Europa, tendremos que preguntarnos ¿Qué es Europa?. ¿Donde empieza y dónde termina el viejo continente?, ¿Qué hace falta para ser europeo?. ¿Somos los europeos mejores o peores que los asiáticos, africanos o americanos?. Intentemos dar respuestas válidas.

Veamos, ¿Qué es, o qué se puede considerar Europa?. Obviamente para esto no hay una respuesta cerrada, y cada uno podría dar algunos matices, sobre todo geográficos. Pero sí se pueden dar unos rasgos comunes a todos los pueblos de Europa: 

La base de Europa está en sus raíces cristianas. Y esto es así le pese a quién le pese, sobre todo a los "progres" amigos de las alianzas de civilizaciones y los cobardes que no defienden esta realidad por miedo al "¿qué dirán?" (liberales). Europa lleva 2000 años siendo cristiana: Realidad irrefutable. 

Fuera de esas raíces cristianas no se es Europa.  Los cristianos tenemos una manera de entender a la sociedad como una relación entre iguales, sin diferencia entre sexos (me refiero). Las mujeres europeas no van tapadas, pueden conducir, trabajar y moverse libremente por donde les plazca y sin tener que pedir permiso a sus maridos, padres, tíos, o hermanos. 

Además de ésto, en Europa podemos comer lo que nos venga en gana (y si no, que alguien se imagine una vida sin el maravilloso cerdo y sus derivados), y podemos beber también sin cortapisas religiosas (pero con moderación, sisplau). Esto son solamente algunos ejemplos de lo que nos separa de otras religiones cercanas geográficamente. Los cristianos entendemos la religión como el camino hacia la libertad verdadera, no como límites de la libertad. impuesta por un Dios vengativo, guerrero y castigador. Aquí encontramos el primer escollo, para la integración de Turquía en la Unión Europea, y es que Turquía no comparte las raíces religiosas de Europa. 

Turquía puede convertirse en el Caballo de Troya del Islam en Europa.

¿Pero no hace falta nada más para ser Europa?. Obviamente no todos los países cristianos del mundo son europeos. Gracias a Dios, un tercio de la población mundial abraza el cristianismo, pero no por ello son europeos. Aquí nos encontramos que el factor geográfico también es determinante. A nadie en su sano juicio se le plantearía la idea de pensar que, por poner un ejemplo, Chile es Europa. 

Geográficamente, es cierto, Turquía tiene parte de su territorio en lo que se podría llamar, el "solar europeo". Pero ese territorio comprende solo el 3% del total de superficie turca. Considerar que ese territorio da derecho a los turcos a decir que están en Europa, sería como decir que Marruecos también es Europa porque linda con Ceuta y Melilla, que son territorio español. Así que, por la parte geográfica, se puede decir que tampoco Turquía es Europa.

¿Justifica ese 3% del Territorio que el resto del 97 % del territorio no sea Asia?.

Expuesto todo lo anterior, y desechada ya objetivamente la intención turca de considerarse europeos, la pregunta es: ¿a qué viene tanto interés de Turquía por entrar en la Unión Europea, a pesar de no ser europeos?. Obviamente, la respuesta está clara: Intereses económicos. Ellos no tienen ningún interés en ser europeos, a pesar que los bienpensantes de Bruselas así lo entiendan. Los turcos lo que quieren es tener un mercado de, aproximadamente, 500 millones de compradores potenciales, de clientes para sus productos, fabricados en condiciones laborales algo más que sospechosas, amén de un Mercado de Trabajo para el excedente de su mano de obra.

Al hilo de esta realidad que expongo anteriormente, los "mass media" también han ocultado al gran público que en septiembre, un asesor del Primer Ministro turco, Erdogan, le recomendó dejar de lado la ansiada incorporación a la UE y centrarse en los mercados emergentes de Oriente Medio, Asia y África, ya que, según el asesor, la UE está en crisis y ha entrado en proceso de disolución.  Pero esta opinión no es sólo del mencionado asesor. El pueblo turco tampoco quiere ya integrarse en la UE. El porcentaje de los "europeistas" ha descendido del 70 % en 2008 (antes de la crisis económica) a menos del 40, en la actualidad. Como se suele decir, "por el interés te quiero, Andrés".

Con lo cual, si los asesores del gobierno turco, el pueblo turco, el pueblo europeo no quieren que Turquía sea Europa ¿quién tiene intereses en que se produzca esta integración?, ¿porqué se sigue adelante con ese disparatado proyecto?. Piensen, un poco, queridos lectores, quién sale beneficiado de este engendro debilitador de Europa.

Si alguien ve algún tipo de racismo, o sentimiento anti turco en este escrito, en primer lugar que se lo haga mirar por un profesional, en segundo lugar, que vuelva a leer el artículo porque, desde luego, nada más lejano de la realidad. Serán imaginaciones, acusaciones de conspiraciones imaginarias o simplemente, acudir al recurso fácil del insulto cuando no se tienen otros argumentos.

Atenta, europea y cristianamente, me despido hasta mañana.