Está próxima la celebración de
los Mártires de la tradición, festividad en que los carlistas honramos, por indicación de D Carlos VII, la
memoria de los que, a lo largo de los últimos dos siglos han muerto en los
campos de batalla por defender los ideales de Dios, Patria, Fueros y Rey
Legítimo. Soy poco amigo de escribir sobre temas históricos porque si algo
tiene el carlismo, a pesar de que muchos nos quieren encerrar en los museos, es
que es una fuerza viva. La fuerza viva más longeva de Europa. Y como fuerza
viva, tiene mucho que decir sobre los problemas que vivimos hoy, que son
heredados de aquellos contra los que lucharon nuestros predecesores y murieron
por intentar evitarlos.
Jóvenes carlistas de toda España frente a los intentos separatistas, el pasado 12-O en Barcelona. |
Para escribir sobre estos temas
ya hay gente que sabe mucha más historia que yo. A mí me gusta hablar sobre
cómo los carlistas tenemos soluciones para los problemas de hoy en día, cosa
que ni el capitalismo, ni el socialismo, en ninguna de sus vertientes, ha
demostrado tener. La gente se empeña en darse de cabezazos contra la pared, experimentando, y no ven que la solución práctica ya se ha desarrollado en España, demostrando su viabilidad. En fin.
La idea de escribir sobre este tema me la dio mi hijo, cuando
me inquirió información al respecto de la “excursión” que haremos a Bocairente
(Valencia) el próximo 8 de marzo. Como niño corriente de su edad – 9 años -,
está más interesado en que le cuente grandes de batallas de la historia, y no
tanto en las proposiciones actuales para derribar a un sistema político y
económico, del que le cuesta recordar el nombre.
Subida a la Ermita de Bocairente - Marzo 2013 -. |
Terminando de contarle la
historia de la Batalla de Camorra (acaecida en Bocairente durante la 3ª Guerra
carlista), me surgió la duda a mí. ¿Tiene
realmente sentido que sigamos recordando año tras año hechos ocurridos desde hace 180
años? ¿Porqué no pasamos página y nos dedicamos a pensar solamente en el
futuro?... Estas preguntas y otras similares, me rondaban la cabeza.
La respuesta no puede ser más
clara. Para saber a dónde vamos, tenemos que saber de dónde venimos, y cómo
hemos llegado hasta aquí, sin que esto suponga que nos tenemos que centrarnos en
esa historia, y no avanzar con el resto de la sociedad. Los carlistas nos
reunimos a recordar a los que cayeron defendiendo los mismos ideales que
defendemos hoy en día, y lo hacemos por varios motivos.
En primer lugar queremos honrar
su memoria porque ellos marcaron el camino que otros seguimos hoy. Lo hacemos
para rogar a Dios por sus almas, y las de los enemigos de entonces también. Por
otro lado, y porqué no reconocerlo, pasamos un día de campo muy sano rodeados
de familiares y amigos. Pero el motivo más importante es recordarnos que esa
gente dio lo más valioso que tenían – la vida – por defender un ideal. No
luchaban por dinero, ni por fama, ni por reconocimiento social. Eran
voluntarios que simplemente luchaban por defender sus ideas. Porque una cosa
que se tiende a olvidar es que las guerras en que hemos participado los
carlistas han sido guerras defensivas. Para defender la tradición, los fueros, la
religión, y al Rey. Nunca los carlistas han iniciado una contienda bélica por capricho
o en busca de alcanzar el poder por la fuerza de las armas, y el que diga lo contrario,
simplemente miente.
Voluntarios carlistas de la 3ª Guerra carlista (1872 - 1876). |
Al perder las guerras, los liberales,
que las han ganado, nos han conducido hasta la situación actual. Así que,
querido lector, te voy a hacer una pregunta, que te sonará rara, pero me
gustaría que la reflexionaras. Viendo la sociedad en la que vives, tú, que
nunca lo habías pensado y seguramente te sonará a cuento, ¿no te consideras
también un perdedor de las guerras carlistas?.
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